domingo, 1 de abril de 2007

COMBINAR EL VESTUARIO

Descubra el embrujo de combinar su vestuario y sentirse mejor
La utilización de determinados colores en su vestuario conlleva mensajes ocultos de cómo se siente y lo que desea transmitir. Estas pequeñas claves le ayudarán a sentirse mejor y combinar armoniosamente su vestuario.
Por Lola García, Directora de Soluciones Eficaces .
· Cómo utilizar los colores en su vestuario
· Qué combinaciones son las más acertadas y cuáles no
· Observe cómo hasta el lenguaje define lo que expresan los colores
· Aprenda qué comunica a través de los colores y cómo influyen en usted
La moda, sin duda alguna, es uno de los factores que influyen a la hora de optar por una prenda u otra, pero también, los gustos personales, las condiciones culturales y la climatología influyen a la hora de elegir un color. Es cierto que la ropa para la mujer admite y permite, una amplia gama de colores, tejidos y combinaciones. El vestuario del hombre es siempre mucho más sobrio y casi siempre, con colores oscuros y discretos, aunque cada vez más en algunos elementos de la indumentaria masculina se va introduciendo mayor gama de colores, por ejemplo en camisas, corbatas, pañuelos, etc.
El color y su fuerza manifiestan mucho más de lo que creemos a primera vista. Su utilización, además de ser una sensación, es un verdadero lenguaje del sentimiento. Así nos podemos encontrar con frecuencia frases que habitualmente oímos y utilizamos: estar en números rojos, elijo el verde de la esperanza, tengo un día gris, me espera un negro porvenir, etc.
También la ciencia habla de los colores como inspiradores y modificadores de la conducta humana. Así algunos psicólogos aseguran que todas las personas poseemos una predilección especial hacia algunos colores y que a través de ellos expresamos nuestro estado anímico, el temperamento, la imaginación y los sentimientos; aunque también está demostrado que estamos influidos por ellos. Una buena elección de los mismos le permitirá mayor número de combinaciones y rentabilizar así sus compras en vestuario.
A los colores pertenecientes a la gama del rojo y amarillo se le denomina colores cálidos y se consideran salientes, porque se perciben como más próximos y dan la impresión de tener mayor peso y tamaño. Los colores cálidos son excitantes de la sensibilidad, sobre todo el rojo. Por el contrario, los colores pertenecientes a la gama de los azules se los denomina fríos y se consideran entrantes, porque aparentemente se perciben más distantes y parecen tener menos peso y tamaño. Los fríos producen sensación de tranquilidad y reposo, sobre todo el azul.
Los colores fríos (como el azul, negro o verde) combinan bien entre ellos y con los neutros (blanco y negro), también armonizan con:
- Algunos grises o burdeos
- Rojos, como el carmín, el escarlata, el magenta, etc.
- Azules, que van desde el celeste hasta el eléctrico
- Verdes, tipo jade o esmeralda
- Amarillo, como el limón y ácido
- Blancos
- Violetas, que van desde el malva al morado
- Colores plateados
Los colores cálidos (como el rojo y el amarillo) combinan bien con los neutros y con alguna gama de beige, tostado y marrón. Además, combinan perfectamente con:
- Rojos, como el rojo geranio, coral, castaño, teja y tomate
- Azules turquesa, tipo petróleo y martín pescador
- Verdes, tipo musgo, caqui, hierba, oliva y bosque
- Amarillos, como maíz, ámbar, azafrán y mostaza
- Blancos, tipo crema y marfil
- Todas las gamas de dorados (oro)
Los colores tienen un lenguaje propio e infunden sensaciones y sentimientos a la persona y a su entorno, por ello, a continuación se describen algunas recomendaciones para su uso, así cómo cuáles utilizar, cuándo y qué sugieren. Éstas son:
Negro
Es un tono serio, pero también muy elegante a cualquier hora y en cualquier ocasión. Suele ser utilizado mucho por el hombre. Combina con casi todo el resto de colores, pero presenta problemas de combinación con aquellos más oscuros, como los azules marinos, marrones y vinos tinto.
El negro es el color del luto y también es el color por antonomasia de los trajes de etiqueta: frac, esmoquin y chaqué.
La mujer también utiliza mucho el color negro porque tiene mucha facilidad para combinarlo y estiliza la figura.
El negro es la ausencia de luz y por tanto, la ausencia de todo color. Connota tristeza y melancolía. Oscuro y compacto, está asociado a sentimientos de misterio y sugiere: nobleza, dignidad, silencio, elegancia y poder.
Marrón
Este color es uno de los más complicados de combinar, principalmente en cuanto al vestuario masculino. Combina armónicamente con: canela, arena, beige y algunas tonalidades de verde.
La mujer lo usa a menudo y es un color que, permanentemente, se encuentra en su fondo de armario.
Es un color tibio y transmite e induce a la calidez y la tibieza.
Gris
Es un color clásico, sobrio y serio. Forma parte tanto del vestuario masculino como del femenino al igual que el negro.
No se debe utilizar en combinación con el marrón y es perfecto para combinar con tonos y gamas de verde, amarillo, granate, azul y negro.
Es un color que significa estabilidad y su uso inspira la creatividad y simboliza el éxito.
Azul marino
Al igual que el color gris y negro, el azul marino es un color clásico y tradicional utilizado por ambos sexos. Combina perfectamente con tonos rojizos, beiges y grises. Se utiliza de manera frecuente en aquellas vestimentas para ocasiones y eventos formales, también para los negocios.
Es el color de la verdad, la serenidad, el poder, la fuerza y el apasionamiento y su uso aporta tranquilidad mental y evita los temores.
Blanco
Es un color que armoniza bien con todos, a excepción de aquellos tonos demasiado claros. La mujer es la que más lo usa exteriormente. En países con climas cálidos se utiliza mucho para trajes de etiqueta como el esmoquin, mientras que en lugares con climas más fríos casi se descarta.
Las camisas y blusas blancas son imprescindibles en cualquier fondo de armario, tanto para él como para ella.
Significa pureza, inocencia y optimismo y su uso induce a la liberación de la mente.
Verde
Dentro de este color, nos encontramos con los llamados verdes cálidos, como: el verde hoja, manzana, menta y militar y que combinan con colores cálidos.
Los verdes tipo aguamarina, esmeralda y verde azulado combinan con el negro, blanco y azul oscuro.
Transmite moderación, esperanza, equilibrio y tradición y su utilización contribuye a relajar los nervios, equilibra las emociones y revitaliza el espíritu.
Beige
Es el resultado de mezclar el marrón con el blanco. Es perfecto para combinar con prendas de colores fríos y cálidos, marrones, rojizos y vinos tinto.
Transmite fascinación y emoción y deja una sensación perdurable, brillante y fuerte.
Rojo
La combinación de este color con el beige, azul, negro, gris o blanco resulta armoniosa y perfecta.
Es el color de la energía, la vitalidad, el apasionamiento y el valor. Nos ayuda a disipar cualquier sentimiento depresivo y sirve para intensificar nuestro cuerpo y nuestra mente con efervescencia y pasión.
Amarillo
Es un color alegre, asociado a la luz solar, joven, vivo y extrovertido. Se puede combinar con el negro, azul oscuro, marrón y verde caqui o militar.
Es el color de la inteligencia, el ánimo y la comunicación y nos ayuda a estimular y limpiar nuestra mente.
Rosa
Es un color alegre, divertido y delicado. Tradicionalmente ha sido la tonalidad que distinguía a las niñas de los niños. Es un matiz utilizado habitualmente por las señoras, aunque en la actualidad también los señores empiezan a utilizarlo, principalmente en camisas y corbata.
Es un color que transmite delicadeza, discreción, feminidad y tranquilidad; se puede mezclar con azul marino, gris, negro y blanco.

sábado, 24 de marzo de 2007

CULTURA CRITICA DE LOS MEDIOS

Observatórios Brasil
Cultura de crítica da midia / Cultura de critica de los medios
Documento do Observatorio de Midia, da Univali, Brasil analisa os entraves ao desenvolvimento de uma cultura de crítica da imprensa
Postado por Castilho em Wed, 14 Feb 2007 15:28 GMT+3000
O texto a seguir foi elaborado por Rogério Christofoletti, do Monitor de Mídia, da Universidade do Vale do Itajaí, como contribuição aos debates durante o Colóquio Latino Americano sobre Observação de Meios:
El texto que publicamos abajo fue escrito por Rogerio Christofoletti, del Monitor de Medios, de la Universidad del Valle del Rio Itajai (sur de Brasil) como aporte a los debates en el Coloquio Latinoameriano sobre Observación de Medios:
Em 2003, durante o 26º Congresso Brasileiro de Ciências da Comunicação em Minas Gerais, manifestei preocupação com o que chamei de impasses a uma efetiva crítica de mídia no Brasil. Em minha apresentação, listei dez problemas que obstruem não apenas a vigência ampla e influente de um conjunto de dispositivos deste tipo no país, mas a emergência de uma cultura que sustente, promova e ajude a consolidar esse espírito.
Meu entendimento era de que o cenário da comunicação no Brasil não dispõe de uma cultura de crítica efetiva dos media. Prova disso seriam as poucas iniciativas existentes no mercado, indo dos raros ombudsmen a escassos esforços de autocrítica. Essa condição seria marcada, então, por um conjunto de aspectos que funcionam como empecilhos, coibindo a disseminação de práticas reais e tornando pouco operativos os mecanismos existentes.
Os impasses estariam incrustados na própria estruturação dos meios de comunicação como sistema de informação, com fortes raízes na cultura nacional de consumo desses produtos. Entre as percepções primeiras, eu mencionava em 2003 que esses problemas nasciam (e se alimentavam) na frágil fiscalização do Estado, na obsolescência e ambigüidade de algumas leis, em vícios corporativos do mercado e na insuficiência dos dispositivos reguladores da sociedade.
Mas se faz necessário citar quais eram esses dez impasses: Concentração e oligopólio; Propriedade cruzada e domínio de conteúdo; Coronelismo eletrônico; Dial restrito; Concessões infinitas; Lei de imprensa caduca; Inoperância dos conselhos de comunicação; Arcaísmo no empresariado; Categoria não pode cassar profissionais faltosos e Autismo na sociedade.
De 2003 até hoje, esses dez aspectos sofreram ligeiras alterações, nada substancial na direção de uma verdadeira transformação do cenário. Muito pelo contrário, alguns eventos só reforçaram o caráter inibitório, impeditivo para a expansão de uma cultura de crítica de mídia no Brasil.
I – Entraves a uma cultura de crítica de mídia
A Concentração e Oligopólio só aumentam. O caso mais ruidoso aconteceu mês passado em Santa Catarina, estado onde resido. O poderoso Grupo RBS - que já reunia 26 emissoras de televisão aberta, duas estações locais de TV, dois portais na internet, 26 emissoras de rádio, editora, parques gráficos, gravadora e empresas em outros ramos – comprou o concorrente A Notícia, de Joinville, e lançou o Hora de Santa Catarina, na capital Florianópolis, pulando de seis para oito jornais diários. Com esses dois lances, o conglomerado não apenas anula a concorrência no interior do estado como também fortalece agressivamente suas posições na capital do estado, fustigando concorrentes menores como O Estado, o mais tradicional diário catarinense em situação pré-falimentar, e Notícias do Dia, título modesto e lançado há poucos anos.
Em escala nacional, o oligopólio e a concentração do mercado midiático são tônicas que se mantêm em todas as regiões e quase sempre sob os mesmos formatos: são grandes conglomerados regionais de meios de comunicação, administrados por famílias influentes financeira e politicamente. Calcula-se que, hoje, sete grupos controlem 80% de tudo o que é visto, ouvido e lido nos media brasileiros:
A família Marinho detém a líder isolada na TV aberta (Rede Globo), o terceiro jornal em tiragem no país (O Globo), a maior operadora e distribuidora de TV a cabo (NET), um dos portais mais acessados da internet (Globo.com), uma importante produtora e distribuidora de cinema (Globofilmes), dezenas de emissoras de rádio FM e AM (incluindo a rede CBN) e um sistema de produção de canais para TV a Cabo (GloboSat).
A família Civita tem a maior editora de revistas, fascículos e periódicos do país, com ramificações na América Latina (Abril), uma divisão de distribuição e produção de vídeos (Abril Vídeo), uma emissora de televisão (MTV), uma operadora do sistema de TV a cabo (TVA), além de participação na DirecTV. São sócios do maior portal de conteúdo de língua não-inglesa do mundo (UOL).
A família Abravanel controla a segunda rede de emissoras de televisão do país (SBT), mantém parcerias com produtoras e estúdios de cinema multinacionais, além de ter empreendimentos em outros setores da economia.
Os Frias possuem o jornal mais lido do país (Folha de S.Paulo), um instituto de pesquisas de opinião pública (DataFolha), outros jornais menores, parte de um dos maiores provedores de acesso e informação do mundo (UOL), uma agência de notícias (Agência Folha), uma editora (a PubliFolha) e parte de um dos mais influentes jornais de economia (Valor Econômico), em parceria com O Globo.
A Igreja Universal é proprietária da terceira maior rede de TV do país (Record) e de outras emissoras menores, como a Rede Mulher e a Rede Família. Edita o maior jornal evangélico do mundo com tiragem na casa dos dois milhões de exemplares por semana (a Folha Universal), seis periódicos no exterior (Tribuna Universal, em Portugal, Stop Suffering, na África do Sul, El Universal, na Argentina, Folha Universal, em Moçambique, Universal, na Venezuela, e Arretez de Suffrir, na Costa do Marfim), uma revista nacional (Plenitude, 223 mil exemplares), parque gráfico, editora de livros, portal na internet (Portal Arca Universal), gravadora e uma cadeia de 30 emissoras de rádio (a Rede Aleluia).
A família Saad controla a Rede Bandeirantes, as emissoras da Rádio Bandeirantes AM e FM e detém ainda a Play TV (ex-Canal 21), de grande penetração e alcance na capital paulista.
Os Mesquitas são proprietários da segunda maior circulação em jornais no país (O Estado de S.Paulo), dos tradicionais Jornal da Tarde e Rádio Eldorado FM, da Agência Estado e de uma emissora de televisão no Maranhão.
A presença tentacular desses grupos no cotidiano informativo e de entretenimento dos brasileiros configura uma verdadeira onipresença. A envergadura de certos grupos impressiona e muito se assemelha às cifras de mercados nacionais. No Brasil, existem 41,1 milhões de domicílios com aparelhos de TV, número superior aos lares com refrigeradores. Em média, há 1,25 televisor por domicílio, e o brasileiro fica quase 3 horas por dia em frente ao aparelho, de segunda a sábado, conforme apurou o DataFolha em setembro de 2000, quando do cinqüentenário da TV no país[1].
Em 1999, números das próprias emissoras deram conta de que o faturamento bruto da TV de sinal aberto foi de R$ 4,4 bilhões.
A concentração no negócio da mídia dificulta a entrada de novas empresas, estilos e conteúdos no mercado. Pior: padroniza o noticiário e pasteuriza o entretenimento. Poderosos, os controladores são avessos à crítica e à contestação de seus procedimentos. No caso das emissoras de rádio e TV, que dependem de concessões públicas para operar, o caso é ainda pior, já que a condição pública, os compromissos decorrentes da permissão de exploração e as contrapartidas sociais são simplesmente deixados de lado.
O sistema permite a propriedade cruzada, que intensifica o domínio do conteúdo. Ao contrário de outros países, o Brasil tem uma legislação confusa, cheia de brechas que permitem a ocorrência do fenômeno da propriedade cruzada: um mesmo grupo controlar empresas do ramo impresso, eletrônico ou de radiodifusão. Isso faz com que o noticiário produzido em um veículo seja apenas reproduzido em outro da mesma cadeia, muitas vezes, ignorando as características do próprio meio e os aspectos locais e regionais. Possibilita ainda que opiniões, valores, símbolos e versões de fatos que interessem aos grupos empresariais detentores sejam distribuídos de maneira perene e uniforme por diversas vias, dando mais força à difusão de tais idéias, aumentando seu alcance e sua penetração.
O detalhamento da ramificação dos grupos feito acima é uma amostra da capilarização no mercado, e certifica a existência de um estado permissivo, complacente com uma situação de baixa concorrência, de loteamento do mercado.
A propriedade cruzada é um catalisador do processo de concentração, facilitando a expansão desses negócios e dando ao consumidor uma impressão de poderio financeiro, onipresença e credibilidade informativa. É uma estratégia de multiocupação de espaços no imaginário do cidadão, uma tentativa de preenchimento dos tempos do consumidor de informação e entretenimento.
Aliado ao oligopólio e à propriedade cruzada está o que se convencionou chamar por aqui de Coronelismo Eletrônico, uma modalidade de domínio, domesticação e opressão política.
A expressão é tipicamente brasileira e surgiu com base na existência de chefes de poder regional apelidados de coronéis no nordeste do país. Se em meados do século XX esses coronéis influenciavam massas de trabalhadores rurais a votar em candidatos de seus interesses, atualmente este poder se exerce pela detenção de emissoras de rádio e televisão que ajudam na manutenção da ordem e do esperado.
Em 2001, levantamento da Folha de S.Paulo revelou que 24% das empresas de radiodifusão brasileiras são de políticos. Significa dizer que a cada quatro emissoras, uma está sob as asas de algum detentor de mandato. Um estudo do ano passado[2] indica que um em cada dez deputados federais é proprietário direto de alguma emissora, o que significa dizer que as empresas estão em seus próprios nomes. São pelo menos 50 deputados e outros 25 senadores – direta ou indiretamente – que controlam alguma rádio ou TV, o que fere frontalmente o artigo 54 da Constituição Federal que impede parlamentares a serem “proprietários, controladores ou diretores de empresa que goze de favor decorrente de contrato com pessoa jurídica de direito público”.
O fato é que a distribuição indica que as concessões foram historicamente usadas como moeda de barganha política entre os partidos que davam sustentação aos governos no Poder Legislativo. E em algumas regiões do país, o domínio político dos meios de comunicação é condição fundamental para manter a hegemonia de grupos e de oligarquias. Isso se dá com nitidez no Norte e Nordeste:
Na Bahia, Antonio Carlos Magalhões tem emissoras de televisão que retransmitem a programação da Rede Globo, estações de rádio e jornais na capital e no interior do estado.
No Ceará, Tasso Jereissati detém participação majoritária na afiliada à Rede Bandeirantes.
Em Alagoas, os Collor de Mello têm a retransmissora da Globo, rádios em Maceió e interior e o maior jornal.
No Pará, Jader Barbalho retransmite a programação da Band em sua emissora de TV, além de controlar jornais e rádios.
Em Sergipe, Albano Franco domina o cenário mediático.
No Maranhão, a situação mais grave: Edison Lobão tem nas mãos a afiliada do SBT, jornais e emissoras de rádio. Os Sarney detêm o maior jornal, além da TV Mirante (Globo) e mais 38 concessões de rádio e TV em cinco cidades.
Diretamente ligado à farra das concessões, há outros dois aspectos que impedem a disseminação de uma cultura de crítica de mídia no Brasil: restrições no dial e concessões praticamente infinitas. A concentração dos meios e quase nenhuma brecha para a entrada de novos grupos na exploração do negócio da comunicação tem outro fator restritivo no modelo nacional: a inexistência de uma política para as rádios livres e comunitárias. Debilidades na legislação, ineficiência na fiscalização dos padrões técnicos e dos conteúdos, e lobbies de grandes e médias emissoras, transformam o dial num terreno reservado quase que exclusivamente para as rádios comerciais.
Por outro lado, embora as concessões de radiodifusão sejam figuras de caráter público, com prazos definidos para a exploração e com contrapartidas sociais de seus beneficiários, a sua cassação é um evento raríssimo no sistema nacional, quase inexistente. A regra geral aplicada é a renovação automática das concessões para as emissoras, gerando períodos infinitos de domínio de algumas redes no espaço audiovisual. A legislação contribui para este estado de coisas, bem como a ineficiência do estado na fiscalização e controle dos concessionários. Não há cobrança governamental pela qualidade da produção e do conteúdo. A sociedade pouco se manifesta sobre isso.
Do ponto de vista institucional, a própria Justiça fica de mãos atadas. Dois impasses de sua ordem atravancam não apenas as cortes, mas também cerceiam os profissionais da comunicação e outros setores da sociedade. Um se personifica numa lei de imprensa arcaica e obsoleta e outro na impossibilidade de cassação de registro de profissionais que cometem crimes de imprensa ou graves deslizes éticos. A chamada Lei de Imprensa data de 1967 e já não dá mais conta da evolução tecnológica do setor e nem do desenvolvimento da própria sociedade. Tanto é que muitos advogados acionam mais o Código Penal – no que tange os crimes de opinião – do que propriamente esta lei.
Também resistentes a uma discussão mais ampla do papel dos meios de comunicação e da qualidade dos conteúdos veiculados, os profissionais da área[1] – mesmo que quisessem – têm limitações para regulação do próprio mercado de trabalho. Diante dessa porosidade, chegam às redações, estúdios e bastidores toda sorte de indivíduos, muitas vezes desabilitados a exercer a profissão e sem qualquer formação deontológica.
Diferente dos médicos, engenheiros e advogados, os jornalistas no Brasil não podem cassar os registros dos maus profissionais, zelando assim pela qualidade mínima dos que estão atuando no mercado. Quem fornece os registros é o Ministério do Trabalho, instância que pode também suspendê-los, fato raro. A categoria tenta reverter esta situação passando a prerrogativa a um órgão classista legítimo, como a Ordem dos Advogados do Brasil para os causídicos. Para isso, foi apresentado em 2004 no Congresso Nacional um projeto de lei para criação do Conselho Federal de Jornalismo, dispositivo polêmico que acabou rechaçado. A Federação Nacional dos Jornalistas (Fenaj) – principal articuladora do projeto – promete retomar essa bandeira em 2007.
Outros três aspectos colocam-se como entraves à disseminação de uma efetiva crítica de mídia no Brasil: a inoperância dos conselhos de comunicação[2], o conservadorismo do empresariado do setor de mídia e uma espécie de autismo da sociedade frente a sua relação com a comunicação.
Mas nem tudo é espinho. Repeti meus passos dados em 2003 quando da indicação de impasses a uma efetiva crítica de mídia no Brasil. Refiz esse percurso, acrescendo de novos episódios e dados mais atualizados. O que se percebe é que os entraves continuam firmes e espalhados em diversas camadas sociais. Mas apesar disso, há iniciativas que insistem romper com esses paradigmas derrotistas.
II – A proposta de uma rede nacional de observatórios[3]
Um paradoxo assombra aqueles que se preocupam com a ética no jornalismo: embora seja um campo de atuação maciçamente notório, o público em geral pouco sabe do funcionamento cotidiano do jornalismo. Evidentemente, essa contradição contribui para um cenário que pouco acrescenta e esclarece sobre as bases que sustentariam uma ética jornalística. Trocando em miúdos: o jornalismo está na nossa vida, faz parte dela, mas ignoramos na maioria das vezes as suas maquinarias internas. E como pouco enxergamos além dos holofotes, tendemos a acreditar que não haja parâmetros definidos de conduta e tampouco valores que orientem os profissionais do ramo.
É num ambiente de crise como este que uma série de iniciativas começam a se desenhar na sociedade, alinhadas por uma preocupação comum: a mídia pode melhorar, o jornalismo também, e o seu público não precisa se acomodar numa posição passiva diante do processo informativo. Entre esses esforços, podemos lembrar quatro ações bastante relevantes, cujos impactos podem redesenhar um pouco a relação entre meios e públicos no país:
Os sindicatos de jornalistas brasileiros, capitaneados pela Federação Nacional dos Jornalistas (Fenaj) retomaram a discussão para uma nova redação do Código de Ética da profissão. Propostas já foram encaminhadas, discutidas e devem ser reapresentadas à categoria muito brevemente. Quem executa esse trabalho de sistematização é a Comissão de Ética e Liberdade de Imprensa da entidade;
A Fenaj deve reapresentar no ano que vem nova proposta de criação de um Conselho Federal de Jornalismo, órgão de apoio à sociedade nos tratos com o jornalismo e os jornalistas;
As entidades acadêmicas e classistas do campo da Comunicação e do Jornalismo no Brasil – e felizmente em extensão na América Latina - vêm empreendendo movimento de aproximação e retomada de uma unidade importante para o fortalecimento do setor;
Diversos atores do campo acadêmico e mesmo da sociedade brasileira preocupada com o jornalismo consolidam uma rede de pesquisa para monitoramento dos meios de comunicação, identificação de problemas e proposição de soluções para o seu aperfeiçoamento. Essa Rede Nacional de Observatórios da Imprensa, Renoi, existe desde novembro de 2005.
A Renoi é resultado de uma idéia de quase dez anos. Quando do surgimento do Observatório da Imprensa, em 1996, já havia intenções claras de semear entre as escolas de comunicação projetos semelhantes de media criticism e media watching. Por diversas vezes, tentou-se pavimentar tais caminhos, o que só ocorreu muito recentemente, num momento de plena consolidação do Observatório, de amadurecimento da pesquisa em jornalismo no Brasil e da união de esforços até então espalhados pelo país.
Alicerçada pelo Observatório, a Renoi reúne hoje 31 professores-pesquisadores e mais de 220 alunos, bolsistas ou não. A rede está em nove estados de todas as regiões brasileiras: São Paulo, Paraná, Santa Catarina, Espírito Santo, Minas Gerais, Pará e Distrito Federal. Reúne doze instituições superiores de ensino, sendo quatro públicas (UFES, UFSE, UnB, UEPG) e oito particulares (Estácio de Sá, de Belo Horizonte, Univali, Unasp, USC, Unitau, Unama, Unilinhares e Unitri), mais o Projor, ONG que sustenta o Observatório da Imprensa. São quinze nós na rede, instâncias que já têm projetos de acompanhamento da mídia ou que estão construindo suas iniciativas.
Para se ter uma idéia concreta da rede, a Renoi conta hoje com sete observatórios em funcionamento: o SOS Imprensa, o Análise de Mídia, o Canal da Imprensa, o Monitor de Mídia, o Mídia & Política, a Agência Unama e o Observatório da Imprensa. Existem ainda seis projetos em fase de consolidação: o Grupo de Pesquisa de Cotidiano e Jornalismo, o projeto Estudos de Jornalismo Brasileiro, o Laboratório de Estudos de Jornalismo, o MonitorES Unilinhares, a Renoi - Vale do Paraíba e a Renoi – Uberlândia. Outras iniciativas estão sendo geradas.
Na maioria das vezes, os projetos contam com sites na Internet onde difundem suas pesquisas e empreendem o trabalho de acompanhamento dos meios de comunicação. Em apenas seis meses, a rede mostrou-se muito ativa do ponto de vista operacional e bastante sólida nos laços que a constituem. Seus membros comunicam-se freqüentemente por meio de uma lista eletrônica, trocando experiências e informações. Além disso, articulam mesas de debates em eventos acadêmicos nacionais para estreitar os contatos e disseminar os frutos da rede. Neste ano, a Renoi estará presente em pelo menos dois grandes encontros da área: o 29º Congresso Brasileiro de Ciências da Comunicação da Intercom, em setembro em Brasília, e o 4º Encontro da Sociedade Brasileira dos Pesquisadores em Jornalismo, em novembro em Porto Alegre.
Então, a Renoi está consolidada e ponto final? Claro que não. Até agora, seus membros fincaram as bases que podem suportar um coletivo como este, mas uma construção não se firma apenas assim. Passos fundamentais e emergenciais são a articulação dos pesquisadores em torno de projetos comuns de investigação; o fortalecimento dos nós ainda em consolidação, com apoio dos já estabelecidos; formalização da Renoi como uma rede de pesquisa frente às associações científicas da área e às agências de fomento; e o início de aproximações com redes semelhantes em outros países e continentes.
Para fazer valer sua importância política, pedagógica e contribuir efetivamente para o aperfeiçoamento das práticas, dos procedimentos e dos produtos jornalísticos nacionais, a Renoi ainda tem uma caminha pedregosa, longa, mas não menos empolgante e desafiante.
III – Avaliação de um caso de observatório regional
O acompanhamento sistemático e a crítica perene aos meios de comunicação são atividades regulares e já consolidadas em alguns países, sobretudo aqueles mais desenvolvidos economicamente e com instituições políticas fortalecidas. Isto é, estabilidade política e segurança econômica são fatores que auxiliam a construção de um cenário onde mídia e público dialoguem com mais facilidade, freqüência e rigor.
Evidentemente, essas não são as únicas condições para isso, mas tais ingredientes permitiram, há mais tempo, a emergência de uma série de iniciativas de análise e crítica de mídia. O surgimento de media watchers nos Estados Unidos, na Europa e em países do Oriente - entre os quais a Austrália e o Japão – trouxe benefícios não apenas ao setor empresarial (na medida em que aponta para parâmetros de qualidade) ou aos profissionais (na medida em que baliza condutas éticas), mas também ao público. Leitores, ouvintes e telespectadores comuns também ganham com a crítica de mídia, pois esse conjunto de atividades fomenta o senso crítico do público, estimula-o a exigir seus direitos como cidadãos e permite um exercício mais ativo (e não só reativo) no processo comunicacional.
Embora sua história seja permeada de instabilidade política e tropeços econômicos, a América Latina vem evoluindo nos últimos anos, consolidando as instituições democráticas em muitos de seus países e reduzindo os solavancos provenientes de crises econômicas. Isso, sem dúvida, contribui para o desenvolvimento dos sistemas midiáticos, para o amadurecimento político dos cidadãos e para o avanço nas diversas práticas cidadãs. No campo da crítica de mídia, isso parece evidente. Atualmente, existem mais de duas dezenas de experiências em curso em 12 países do subcontinente[1]. Essas iniciativas vão de observatórios de meios a blogs e sites pessoais, de núcleos de pesquisa acadêmica a coletivos de organizações não-governamentais. Há semelhanças entre os exemplos, mas também existem particularidades, condição que reforça a dificuldade de unificar um perfil dessas experiências, conforme já apontaram Broullón, Hernández, López e Pereira (2005).
Apesar disso, percebe-se uma certa efervescência da crítica de mídia nos países latino-americanos, e essa ebulição é mais facilmente observada no Brasil. Uma das experiências brasileiras merece aqui um relato de seu surgimento, dos ajustes que sofreu para desenvolver-se e se consolidar e dos resultados que alcançou. Trata-se do Monitor de Mídia (http://www.univali.br/monitor), primeiro observatório regional de meios que surgiu no Brasil, cujo modelo foi inspirado no Observatório da Imprensa (http://www.observatoriodaimprensa.com.br), a iniciativa mais longeva da América Latina.
Um olhar limitado
O Monitor de Mídia é um projeto de acompanhamento da imprensa de Santa Catarina, estado do sul do Brasil, e é uma iniciativa de caráter acadêmico, pautada no ensino e na investigação científica. O projeto é desenvolvido por um grupo de pesquisa formado por professores e alunos do curso de Jornalismo da Universidade do Vale do Itajaí (Univali) e surgiu em agosto de 2001. Sua atuação se dá em três frentes:
a) fazer o monitoramento de jornais do estado;
b) desenvolver pesquisas acerca de produtos, processos e procedimentos jornalísticos;
c) fomentar a discussão sobre mídia.
Para isso, o Monitor de Mídia conta com dois canais de interação com seus públicos: um site e um programa semanal exibido no sistema de TV a cabo. No site, são difundidos diagnósticos da observação dos jornais catarinenses (apontando problemas técnicos e deslizes éticos e salientando aspectos positivos da cobertura noticiosa), bem como artigos científicos e textos analíticos em seções fixas. São divulgados no site também os resultados das pesquisas científicas desenvolvidas por professores e alunos. Assim, a página web reúne materiais analíticos de duas naturezas: diagnósticos pontuais e factuais; e avaliações mais elaboradas, extensas e aprofundadas. A combinação desses conteúdos permite maior variedade de leituras e alcance de diferentes públicos, do cidadão comum - curioso dos processos jornalísticos - ao pesquisador da comunicação, interessado em resultados de investigações com maior rigor e em conteúdos atuais. O site está em funcionamento há cinco anos e reúne toda a produção textual do projeto, com acesso irrestrito.
O programa de TV denomina-se Monitor na Mídia, e é uma atuação recente, tendo iniciado em março de 2006. Sua principal função é contribuir para a disseminação de uma cultura de consumo crítico dos meios de comunicação, na medida em que fomenta o debate público sobre a atuação da mídia regional. O programa é semanal e temático, sempre trazendo entrevistas com especialistas, enquetes com populares, reportagens que explicam como funcionam os meios e os processos de comunicação e dicas culturais para complementação dos conteúdos. Com o surgimento do programa de TV, o projeto objetivou atingir outros públicos, ampliando assim seu alcance. Entretanto, essa meta é limitada já que a veiculação do programa se dá numa emissora universitária e pelo sistema de TV a cabo, condições que ainda são restritivas[2].
Ambas as formas de interação do projeto têm um olhar muito definido sobre os meios de comunicação: o olhar regional, característica fundadora do projeto e que a diferencia, por exemplo, do bem-sucedido Observatório da Imprensa, juntamente com sua origem acadêmica. Neste sentido, o olhar do Monitor de Mídia é assumidamente limitado, preocupado com a crítica e o aperfeiçoamento da imprensa do estado, disposto a contribuir com isso.
Relações com o ensino e a pesquisa
O Monitor de Mídia nasceu de indagações em sala de aula, durante a disciplina de Legislação e Ética em Jornalismo (que ministro desde 1999) e de constatações de uma pesquisa realizada em 2000-2001, quando tentei mapear quais os instrumentos que a sociedade catarinense tinha para avaliar a qualidade do noticiário local e a conduta ética dos profissionais. A pesquisa apontou para uma série de aspectos que ajudam a pensar como o jornalismo catarinense percebe os seus deslizes éticos[3], mas era necessário ir além do mero desenvolvimento da investigação. Algo concreto precisava surgir, e a idéia de criar um observatório dos meios regionais se delineou.
Para definir os critérios de avaliação da mídia, selecionar os veículos a serem observados e estruturar uma dinâmica de funcionamento, optou-se por algumas referências. Foram escolhidos os três maiores jornais de cobertura estadual - A Notícia, Diário Catarinense e Jornal de Santa Catarina –, todos diários, cada um situado numa cidade importante e juntos, cobrindo todos as regiões e municípios catarinenses.
Cada edição do site começa com reunião de pauta, ocasião em que são definidos os temas a serem abordados. Em seguida, os alunos passam a acompanhar os jornais diariamente, coletando informações e fazendo anotações que auxiliem na avaliação geral. Adiante, todos se reúnem para sistematizar as informações e estruturar os textos. Os professores da equipe acompanham de perto todos os estágios, e os conteúdos só vão para a web com sua aprovação.
Em termos de critérios de análise, a equipe do observatório entende que a crítica de mídia deve funcionar como catalisadora de procedimentos para aperfeiçoamento dos meios de comunicação. O exercício da leitura crítica precisa se pautar por uma postura positiva, que aspire oferecer subsídios para uma melhora no jornalismo ali praticado (cf. DINES, 1997). Não se trata de mera identificação de deslizes técnicos ou de falhas éticas, nem tampouco uma avalanche de palpites sobre o que é melhor ou pior.
A análise dos produtos midiáticos precisa se escorar em valores do próprio jornalismo[4], ancorados em princípios que a sociedade consumidora de informação considera relevantes para a sua manutenção. Liberdade de imprensa e fidelidade ao fato são importantes? Sim. Bem como pluralidade de versões, equilíbrio nos relatos, precisão e correção; contextualização, foco no interesse público, visão de mundo ampla; não-parcialidade, transparência nas atitudes, respeito às fontes e aos direitos humanos.
Para além da rotina produtiva do site, os professores da equipe reforçam a interface entre o ensino e a pesquisa ali desenvolvida. Assim, o site alimenta disciplinas do curso de Jornalismo e vice-versa. Conteúdos publicados são usados como instrumentos para-didáticos; questões surgidas em sala de aula inspiram pesquisas e pautas para o monitoramento.
Por ser iniciativa de um grupo de pesquisa, o Monitor de Mídia tem como compromisso oferecer sistematicamente investigações científicas. Esse trabalho - sob a forma de iniciação científica ou não – vem permitindo a geração de conteúdos mais complexos e densos para alimentar o site, além da sua difusão em eventos e publicações acadêmicas. Em cinco anos de atuação, foram desenvolvidas seis pesquisas:
Imprensa e Desenvolvimento Social: presença dos jornais em dez municípios do Vale do Itajaí;
Direitos Humanos nas páginas dos jornais catarinenses;
O erro como aspecto ético e como fator de comprometimento da qualidade técnica no jornalismo: incidência, percepção e correção nos jornais;
Liberdade de Imprensa em Santa Catarina nos 20 anos da redemocratização brasileira;
Os fatos e as versões da telinha: diagnóstico do telejornalismo regional no Vale do Itajaí;
Democracia Mediática e Visibilidade: presença de negros nas fotografias dos jornais catarinenses.
Outras quatro pesquisas estão em fase de execução e serão concluídas em 2007:
Jornalismo impresso: como os três maiores jornais de Santa Catarina aplicam o conceito de estrutura da notícia na divulgação de matérias jornalísticas
Cultura popular e mídia impressa: análise dos três principais diários catarinenses
Jornalismo Esportivo no Vale do Itajaí: o perfil dos comunicadores da região
A construção do feminino nas revistas Capricho e Atrevida
A íntima convivência entre as pesquisas do grupo, a alimentação do site do projeto e as disciplinas do curso de Jornalismo têm provocado movimentos de retroalimentação que reanimam práticas. O processo de ensino-aprendizagem assume-se dinâmico, veloz e sinérgico. Mas também complexo e multifacetado.
Relações com o mercado e a sociedade
Como não poderia ser diferente, o projeto Monitor de Mídia também interage com o mercado jornalístico, já que exerce a crítica sistemática de alguns de seus produtos. Neste sentido, no início da experiência, surgiu o receio de que profissionais e empresas do setor não compreendessem a atuação de um observatório regional de meios. Temia-se que houvesse não apenas uma reação à crítica, mas também uma resistência e oposição ao trabalho. Felizmente, nada disso aconteceu.
Surpreendentemente, à medida que o site publicava suas análises, repórteres e redatores dos jornais observados mandavam e-mails, justificando algumas de suas práticas, concordando ou discordando das avaliações feitas. Esse comportamento não foi massivo, mas suficiente para se perceber que os profissionais acessavam os conteúdos, refletiam sobre eles e reagiam às críticas. Esse retorno permite afirmar que a categoria não ignorou a iniciativa, mas a considerou como uma instância legítima da crítica. Paralelo a isso, os editores-chefes dos três jornais passaram a imprimir os diagnósticos quinzenais publicados pelo site para afixarem em seus quadros nas redações. Desta forma, incentivavam a leitura dos demais e – mais uma vez – davam um voto de confiança ao projeto. Essa prática se mantém, conforme relato dos editores dos jornais.
Temeu-se também inicialmente que, se avessos à crítica, os jornais poderiam retaliar os alunos, futuros profissionais. Novamente, isso não aconteceu. Tanto é que dois dos três diários analisados já contrataram estudantes que passaram pelo projeto Monitor de Mídia, desmontando a tese de que poderia haver perseguição aos ex-críticos.
Diante disso, as relações entre o observatório e o mercado jornalístico estão suficientemente resolvidas? Não, pois esse diálogo pode se estreitar ainda mais. A crítica acadêmica precisa não apenas ser recebida pelos profissionais, mas também se converter num elemento que motive mudanças significativas nas práticas diárias dos profissionais e na rotina dos meios. Isto é, a crítica precisa se transformar numa etapa do processo de transformação dos procedimentos e dos produtos. Quando se chegar a este estágio, o observatório estará cumprindo verdadeiramente uma de suas funções: contribuir para o aperfeiçoamento da mídia.
O mesmo se pode dizer das relações do observatório com a sociedade em geral. O Monitor de Mídia se ressente ainda de estar restrito a algumas camadas de leitores: o público universitário e o profissional, ambos no campo do Jornalismo. É preciso ampliar esse espectro, alcançando os mais diversos atores sociais, com destaque as classes econômicas inferiores, mais carentes de informação e instrução formal. O Monitor de Mídia precisa provocar debates e promover eventos que possibilitem a realização de uma outra função dos observatórios de meios: contribuir na alfabetização para o consumo crítico dos meios de comunicação.
Esses são alguns dos desafios a vencer.
Referências Bibliográficas
BERTRAND, Claude-Jean. A deontologia das mídias. Bauru: Edusc, 1999
BERTRAND, Claude-Jean. O arsenal da democracia. Bauru: Edusc, 2002
BROULLÓN, G., HERNÁNDEZ, T., LÓPEZ, X. y PEREIRA, J. (2005), “Los observatorios de comunicación”, en Chasqui, núm. 90, pp. 38-45.
BUCCI, Eugênio. Sobre ética e imprensa. SP: Cia. das Letras, 2000
CHRISTOFOLETTI, Rogério. Monitores de mídia: como o jornalismo catarinense percebe seus deslizes éticos. Florianópolis-Itajaí: Editoras da UFSC e Univali, 2003
CORNU, Daniel. A ética da informação. Bauru: Edusc, 1994
DINES, Alberto. A crítica de mídia só deve ser negativa? 5 de maio de 1997. Disponível em www.observatoriodaimprensa.com.br
DINES, Alberto. O papel do jornal. SP: Summus, 1994
HERRERA, Susana y CHRISTOFOLETTI, Rogério. Una guía de los observatorios de medios en América Latina. Inédito, 2006
KARAM, Francisco José. Jornalismo, Ética e Liberdade. SP: Summus, 1997
KOVACH, Bill & ROSENSTIEL, Tom. Os elementos do jornalismo. SP: Geração Editorial, 2003
KUCINSKI, Bernardo. A síndrome da antena parabólica. SP: Fundação Perseu Abramo, 1998
LOBATO, Elvira. Gugu obtém concessão de TV durante 1º turno. Folha de S.Paulo, 20 de outubro de 2002
MARCONDES FILHO, Ciro. Mediacriticism ou o dilema do espetáculo de massas. IN: PRADO, José Luiz Aidar (org.) Crítica das práticas midiáticas: da sociedade de massa às ciberculturas. Hacker Editores: São Paulo, 2002
SODRÉ, Muniz. Existe uma consciência ética na imprensa? IN: PAIVA, Raquel. Ética, cidadania e imprensa. Mauad: Rio de Janeiro, 2002
TV Brasileira: 50 anos. Mudar para não mudar. Folha de S.Paulo, 16 de setembro de 2000
[1] Levantamento feito por Herrera e Christofoletti (2006) relaciona 39 experiências na América Latina, algumas não mais em atividade. No subcontinente, foram identificados focos de trábalo na Argentina, Bolívia, Brasil, Chile, Colômbia, El Salvador, Equador, Guatemala, México, Peru, Uruguai e Venezuela. O levantamento foi feito entre setembro de 2005 e maio de 2006.
[2] O programa é exibido na TV Univali, sempre nas noites de terças-feiras, com reapresentações nas sextas-feiras. A emissora finaliza trâmites para obter concessão pública e tornar-se uma exibidora de sinal aberto, condição que de forma concreta amplia o alcance de públicos.
[3] A pesquisa foi publicada dois anos depois. Mais detalhes ver Christofoletti (2003).
[4] Para mais detalhes, consultar CORNU (1997); BERTRAND (1999 e 2002); BUCCI (2000); KARAM (1997); KUCINSKI (1998); KOVACH & ROSENSTIEL (2003).
[1] Partindo de um caso isolado de reflexão pública sobre a conduta do jornalista, Muniz Sodré se pergunta se existe uma consciência ética na imprensa. “... o jornalismo, embora alardeando por meio de seus representantes institucionais a defasa dos antigos valores da liberdade de expressão, assiste ao desaparecimento do interesse público e do horizonte ético” (2002: 196)
[2] Mesmo previsto na Constituição Federal desde 1988, e regulamentado por lei em 1991 (nº 8389), o Conselho de Comunicação Social só foi composto e passou a operar em 2002. Funciona como um órgão auxiliar do Congresso Nacional e, portanto, é consultivo, não delibera, não define políticas para o setor. Esta natureza fragiliza o órgão, limitando seu alcance e seu poder de atuação. A sociedade, representada pelos 13 membros constituintes do Conselho e seus respectivos suplentes, encontra poucas condições reais de intervir no sistema de comunicação e de apontar novas orientações para uma reestruturação. Nos estados – exceto em Alagoas e Rio Grande do Sul -, não há iniciativas semelhantes. Com isso, políticas públicas de comunicação são abstrações ainda. Nos municípios - também unidades da federação e, portanto, passíveis de comportar esses órgãos -, sequer são conhecidos os mecanismos para a instalação de conselhos locais de comunicação.
[3] A primeira versão do texto desta seção foi publicado no site Mídia e Política, do NEMP-UnB. Disponível em http://www.midiaepolitica.unb.br/visualizar.php?id=117&autor=Rogério%20Christofoletti
[1] TV Brasileira: 50 anos – mudar para não mudar. Folha de S.Paulo, 16 de setembro de 2000.[2] Fora da lei, 1 em cada 10 deputados detém concessão de rádio ou TV. O Estado de S.Paulo, 02 de julho de 2006.

domingo, 7 de enero de 2007

UNA PROPUESTA

PAULO FREIRE: UNA PROPUESTA DE COMUNICACION PARA LA EDUCACIÓN EN AMÉRICA LATINA
Por: Juan Manuel Fernández MorenoProfesor-investigador del Centro de Formación del Equipo de Comunicación Educativa (E.C.O.E.)Asesor académico del Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa (I.L.C.E./O.E.A.).
Las ideas en este texto son el origen de dos circunstancias que se hermanan desde su concepción: el gusto por la lectura de Paulo Freire y el trabajo de un grupo de investigadores en comunicación y educación. Estas circunstancias conjugan el ser y hacer de la docencia en comunicación y toman forma en el campo de la Comunicación Educativa en el Aula (C.E.A.).
El enfoque de cada uno de los investigadores ha resultado en la diversidad de caminos para enriquecer a la CEA. Actualmente, una de esas direcciones toma camino hacia Brasil, en donde encontró a uno de los principales teóricos de la educación en América Latina y el mundo: Paulo Freire.
¿Por qué Paulo Freire?
Porque Freire pensó y buscó la realidad como el camino que traspasó y transformó las fronteras de la concepción del mismo ser humano y del mundo (su historia y su cultura), entre la teoría y la práctica, entre el texto y el contexto, entre el educador y el educando. Porque la propuesta de Freire fue, es y será pedagógica: "ayudar al hombre a ser hombre"; pedagogía que basó en la evolución de conceptos como sociedad, educación y diálogo (comunicación).
Paulo Freire se ocupó de los hombres y mujeres "no letrados", de aquellos llamados "los desarrapados del mundo", de aquellos que no podían construirse un mundo de signos escritos y abrirse otros mundos, entre ellos, el mundo del conocimiento (sistematizado) y el mundo de la conciencia (crítica). Porque para Freire el conocimiento no se transmite, se "está construyendo": el acto educativo no consiste en una transmisión de conocimientos, es el goce de la construcción de un mundo común.
Un mundo actual donde el desarrollo tecnológico es el hilo conductor de los grupos sociales y ocupa, cada vez más, espacios estratégicos y determinantes en la formación de las sociedades actuales.
Para Freire la relación entre comunicación, educación y sociedad humana es de total implicación. En realidad no existe ser humano fuera de la sociedad y ésta no puede existir sin algún modo de educación. Más aún, la "forma" de la educación se relaciona directamente con la "forma" de la sociedad.
Cuando se habla de una sociedad crítica, abierta, plástica; entonces se habla de una educación de igual magnitud en el proceso enseñanza-aprendizaje. Y esta enseñanza, parte de la educación, exige la competencia del diálogo (comunicación), ya que sin éste no puede darse la primera, por lo tanto, estas dos áreas se conforman como una constante y han tomado expresión a lo largo de la historia en lenguajes como la danza, el teatro y los cantos, entre otros. Así mismo, con el avance tecnológico de cada grupo social, se piensa en la pintura, la escultura, la escritura en papiro, en piedras, en cerámica y, posteriormente, la fotografía, el cine, la cartografía, la radio, la televisión, las computadoras (INTERNET), etc.
Bajo esta visión, se habla de una sociedad de la información, en la cual el individuo como usuario de algún tipo de tecnología puede "conectarse" al mundo, satisfaciendo una necesidad básica: comunicarse. Cuando se habla de comunicación el referente varía desde la relación cara a cara (interpersonal), hasta el salto vertiginoso del uso de nuevas tecnologías como pivote fundamental del desarrollo de las (nuevas) sociedades capitalistas. Sin embargo, estas líneas no responden a estos referentes, sino que pretende llegar al ámbito de aquellas características que sustentan, que conforman la relación entre el alma de la educación y la comunicación. Y, según Paulo Freire, esta relación deberá ser reflexiva, dialógica, que implique y forme a un ser humano libre, justo y equitativo.
Paulo Freire se refiere al hombre y a la mujer como seres biológicos e históricos. La con-dición de histórico sólo se alcanza cuando el sujeto se da cuenta, conscientemente, de las relaciones que mantiene con otros sujetos y con el mundo en que se sitúa(n). Y distingue al ser humano en dos:
- Ser de relaciones y- Ser de contactos
Las características del concepto de relaciones humanas connota primeramente: pluralidad, crítica, trascendencia, temporalidad y consecuencia.
A su vez, estas características se establecen en el mundo (lo que origina un ser de contactos) y con el mundo (lo que origina un ser de relaciones). Estar en el mundo implica una relación natural-biológica con el entorno, y estar con el mundo implica relaciones culturales. Freire parte de la idea de que el ser humano es fundamentalmente un ser de relaciones y no sólo un ser biológico de contactos, por eso distingue (no separa) entre uno y otro.
El hombre y la mujer, como seres de relaciones, descubren y conocen su medio ambiente, se abren a la realidad, resultando lo que se llama estar con el mundo. Freire hace aquí la primera integración entre el ser y el mundo (1) .
El Ser de relaciones se caracteriza por la:
*Pluralidad, que es una alteración del sujeto en la medida en que responde a un estímulo (desafío), y no a la variedad de estímulos posibles dentro de la realidad. Es decir, en la pluralidad el sujeto se organiza, elige, se prueba y actúa. Por tanto, la pluralidad exige un acto crítico.
*Crítica, como la captación reflexiva de datos objetivos de la realidad y, consecuentemente, la percepción será crítica entre los lazos de un dato con otro dato, o un hecho con otro hecho, permitiendo un ejercicio de reflexión.
*Trascendencia, la cual consiste en adquirir conciencia de la finitud de sí mismo, del ser inacabado que es. La trascendencia promueve una unión que es de liberación y un ser libre es capaz de discernir por qué existe, y no sólo por qué vive, aquí radica la raíz de su temporalidad.
*Temporalidad, es decir, uno de los primeros discernimientos en la historia de la cultura humana fue el tiempo, que implica comprender el ayer, reconocer el hoy y descubrir el mañana. Cuando el individuo encuentra la raíz de esa temporalidad, traspasa la unidimensionalidad (2) ; sólo entonces, como ser libre, es capaz de discernir por qué existe (como proyecto de) y no sólo por qué vive (como ser biológico). El análisis del tiempo unidimensional sirve para "emerger", liberarse e impregnar de sentido consecuente las relaciones Ser-mundo.
*Consecuencia, esto es interferir y transformar la realidad con objetivos, dirección, proyección y esperanzas (3).El ser humano cuando crea y recrea (transforma) el entorno, hereda experiencia, la cual se integra como conocimiento útil al grupo social para responder con pluralidad a los desafíos, objetivándose (4) a sí mismo (para reconocer órbitas existenciales diferentes, distinguir un "yo" de un "no yo"), discerniendo y trascendiendo para lanzarse al dominio de lo que le es exclusivo: la cultura y la historia.
La integración y/o comunión de los sujetos con el mundo son características fundamen-tales del Ser de relaciones y se componen de los siguientes elementos:- son actividades de la órbita humana- implican conceptos activos- resultan de estar en y con el mundo- resultan de transformar la realidad-provocan la capacidad de optar (acto crítico)-reconocen al Ser integrado como sujeto, no como objeto-reconocen al Ser integrado como ser revolucionario, subversivo- significan arraigo
La integración, desde la perspectiva freiriana, da respuestas plurales y se perfecciona en la medida en que la conciencia se torna crítica, da sentido a la historia y a la cultura. Este sentido es el camino a la libertad, la cual transforma al Ser en un sujeto abierto, plástico, dispuesto a lo nuevo y vislumbra el advenimiento del diálogo. Pero cuando la libertad es limitada, el sujeto se transforma en un ente de ajuste, sin perspectivas y, consecuentemente, depone su capacidad creadora.
El Ser de Contactos
Cuando el ser humano es reducido únicamente a un "estar en" el mundo, a una pura permanencia, en donde la captación de la realidad y las relaciones entre datos y datos, hechos y hechos es sólo un reflejo (doxa), entonces se habla de un ser de contactos, quien tiene respuestas unívocas, singulares (no plurales), reflejas y no reflexivas, estas respuestas (a problemas cotidianos) son culturalmente inconsecuentes.
En esta esfera, el Ser se limita a vivir minimizado al acto biológico de estar presente y se caracteriza por la casi total centralización de sus intereses en torno a formas vegetativas de vida; esto es, sus preocupaciones se ciñen más a lo que hay en él de vital, biológicamente hablando, y no en que le falta tenor de vida en el plano histórico. Este Ser de contactos se caracteriza por la adaptación, el acomodamiento y/o el ajuste, lo cual se expresa en:
- síntomas de deshumanización- comportamientos de la esfera animal- pérdida de la capacidad de optar (crítica)- sometimiento a prescripciones ajenas- acomodo, ajuste, ya no se integra- incapacidad de alterar la realidad- alteración de sí mismo para adaptarse- destemporalización- desarraigo- masificación, en anonimato: no existe, sólo vive.
Por ello, Paulo Freire precisó una lucha por la humanización, una lucha para integrar al sujeto con el mundo constantemente amenazado por los factores de la opresión y superar aquello que hace del sujeto un individuo acomodado o ajustado.El ser humano dinamiza el mundo con esta lucha a través de actos creativos, recreativos y de toma de decisiones, esto le permite tener un mayor campo de dominio sobre la realidad, acrecentándola y humanizándola con algo que él mismo construye: cultura e historia. Es decir, el sujeto comienza un proceso de temporalización de espacios geográficos e instaura un juego de relaciones con los demás seres y con el mundo. Alterar, crear y responder a los problemas cotidianos permiten dar movimiento a la sociedad y, por tanto, a la cultura.
Consideraciones en torno del diálogo
El diálogo, para Freire, es un fenómeno humano y revela la palabra; ésta como algo más que un medio para que el diálogo se produzca, e impone buscar su esencia: acción y reflexión, en tal forma solidarios y en interacción radical. No hay palabra verdadera que no sea unión inquebrantable entre acción y reflexión.

La palabra
La existencia, en tanto humana, no puede ser muda, silenciosa, ni tampoco nutrirse de falsas palabras, sino de palabras verdaderas con las cuales los hombres y mujeres transforman el mundo. Existir, humanamente, es "pronunciar el mundo", es transformarlo. El mundo pronunciado, a su vez, retorna problematizado a los sujetos pronunciantes, exigiendo de ellos un nuevo pronunciamiento.
Los seres humanos se hacen en la palabra, en el trabajo, en la reflexión. Decir la palabra es derecho de todos e implica el encuentro de los sujetos para la transformación de este mundo. El diálogo es el encuentro de los Seres-Sociedades-Naciones, mediatizados por el mundo, para pronunciarlo sin agotarse en una relación yo-tú.
Si al decir la palabra con que al pronunciar el mundo los hombres y mujeres lo transforman, el diálogo se dispone como el camino mediante el cual los sujetos ganan signifi-cación en cuanto tales. Por esto, el diálogo es una exigencia existencial.El diálogo es un acto creador; la conquista implícita en él es la del mundo por los sujetos dialógicos, no la del uno por el otro. Conquista del mundo para la liberación de los seres y de las sociedades.
La autosuficiencia en el diálogo es incompatible, porque quienes carecen de humildad o aquellos que la pierden, no pueden aproximarse al pueblo. Si alguien no es capaz de sentirse y saberse tan ser humano como los otros, significa que le falta mucho por caminar para llegar al lugar de encuentro con ellos. En este lugar de encuentro no hay ignorantes absolutos ni sabios absolutos, hay seres humanos en comunicación en busca de saber más: de sí mismos, de los demás y del mundo.
No hay diálogo tampoco si no existe una intensa fe en los sujetos mismos, en su poder de hacer y rehacer, de crear y recrear; fe en la vocación de Ser más. La fe en los Seres es un dato a priori del diálogo, existe aún antes de instaurarse éste.El diálogo, al basarse en el amor, la humildad y la fe en los seres, se transforma en una relación horizontal en que la confianza de un polo en otro es una consecuencia natural. Los sujetos, en este poder de hacer y transformar, pueden renacer y constituirse, mediante la lucha por su liberación.
Si la fe en los sujetos es un a priori del diálogo, la confianza se instaura en él. La confianza, paralelamente, hace que los sujetos dialógicos se sientan cada vez más compañeros al pronunciar el mundo, por lo tanto, implicará el testimonio de un sujeto a otro, de las intenciones reales y concretas.
Otro componente para que el díalogo se produzca es la esperanza. La cual se sitúa en la raíz de la inconclusión de los seres mismos, a partir de la cual se mueven éstos en permanente búsqueda y que no puede darse en forma aislada, sino en comunión con los demás.
El pensamiento crítico es otro elemento que produce el diálogo (verdadero), el cual reconozca entre ellos una inquebrantable solidaridad y no acepte la dicotomía mundo-seres. Este pensamiento percibe a la realidad como un proceso y la capta en constante devenir y no como algo estático (pensamiento mítico-ingenuo).
El sujeto de pensamiento crítico ya no se preocupará por la conciencia de la temporalidad en sí misma, la superación de la situación de opresión y el espacio temporalizado, sino, que ahora para él, son un campo en continua transformación por la acción propia de los seres y/o grupos sociales, sociedades y/o naciones.
El diálogo implica este pensar crítico y es capaz de generarlo. Sin diálogo no hay comunicación (verdadera) y sin ésta no hay educación (verdadera). Bajo esta óptica, Freire se refiere a la educación instaurada como situación gnoseológica en que los sujetos inciden su acto cognoscente sobre el objeto cognoscible que los mediatiza.
Para llevar a cabo esta concepción de la educación como práctica de la libertad, la dialogicidad empieza cuando el educador-educando se pregunta en torno a qué va a dialogar con los educandos-educadores; cuando surge la inquietud a propósito del contenido programático de la educación y no hasta el momento de encuentro del educador-educando con los educando-educadores en una situación pedagógica.
El Contenido Programático o acerca de ¿qué dialogar?
Para el educador-educando el contenido programático es la devolución organizada, sistematizada y acrecentada a los educandos-educadores de aquellos elemen-tos que éstos (como pueblo) le entregaron en forma inestructurada.
La proclama de educación auténtica, de Paulo Freire, es hacerla de A con B, no de A sobre B, con la mediación del mundo que impresiona y desafía a unos y a otros, originando diversas visiones y puntos de vista en torno de él. Visiones impregnadas de anhelos, dudas, esperanzas o desesperan-zas, las cuales implicarán temas significativos con base en los cuales se constituirá el contenido programático de la educación.
El acercamiento a las masas populares, con esta práctica, se hace para conocer en diálogo con ellas la objetividad en que se encuentran, la conciencia que de esta objetividad (realidad) estén teniendo, de los varios niveles de percepción que tengan de sí mismos y del mundo en el que están y con el que están.
Es a partir de la situación presente, existen-cial y concreta (que refleje el conjunto de aspiraciones del pueblo) donde se podrá organizar el contenido programático de la educación y acrecentar la acción de movimiento, de cambio, de transformación (revolucionaria).
Freire hace la siguiente deducción: plantearle al pueblo, a través de ciertas contradicciones básicas, su situación existencial, concreta y presente como problema y que, a su vez, lo desafíe; este hecho le exigirá una respuesta, no a nivel intelectual, sino al nivel de la acción: una pedagogía de la duda, de la pregunta; es decir, de la problematización.
El papel del educador-educando no es hablar al pueblo sobre su visión del mundo, o intentar imponerla a él, sino dialogar con él sobre la visión del otro y la propia.
La visión del mundo, en ambos polos, expresada en diversas formas de acción, refleja la situación en el mundo en el que se constituyen. La acción educativa y la acción política no pueden prescindir del conocimiento crítico de esta situación.
El lenguaje del educador o del político (y este último ha de tornarse también educador en el sentido más amplio de la palabra) así como el lenguaje del pueblo, no existen sin un pensar, y pensamiento y lenguaje, sin una estructura a la cual se encuentren referidos. A fin de que haya comunicación eficiente entre ellos, es preciso que el educador y el político sean capaces de conocer las condiciones estructurales en que el pensamiento y el lenguaje del pueblo se constituyen dialéctica-mente.educación. Y es el diálogo el que instaura ese momento de búsqueda. Es en ese momento cuando se lleva a cabo la En esta dialéctica existe una continua búsqueda del contenido programático de la investigación del "universo mínimo temático" o "temática significativa" del Ser/Sociedad, o del conjunto de sus temas generadores.
La tarea del diálogo es llevar a cabo una acción concreta que consiste en proporcionar, medios para superar actitudes mágicas o ingenuas a los sujetos, medios para crear un mundo de signos gráficos y para comprometerse con su realidad. Si se esquematiza, tenemos:
En suma, Freire quiere distinguir entre existir y vivir. Existir es más que vivir, porque es estar en el mundo y con el mundo. Trascender, discernir, dialogar, comunicar y participar, son exclusividades de la condición de existir. Es esta capacidad o posibilidad de unión comunicativa del existente con el mundo objetivo que da al existir el sentido de crítica que no hay en el simple vivir. Existir es individual y, con todo, sólo se da en relación comunicativa con otros sujetos. De ahí la importancia de la comunicación para Freire, porque surge del planteamiento de origen: el Ser (5).
La idea principal de este planteamiento se basa en la existencia y el diálogo: la existencia del ser humano sólo se da en el diálogo, en la comunicación; y pensar/hablar de diálogo -en Freire- no es hablar de elementos componentes y/o procesos de comunicación, o a través de Medios Tecnológicos de Comunicación; sino de la esencia, el alma, el motor, la potencialidad, la provo-cación en el diálogo-comunicación.
Freire:
- indica una alternativa de camino para la comunicación y la educación- dice cómo llegar a trabajar para/con la libertad- dice para qué es ese camino (para aprender, para enseñar: la vida)- (y en su inteligencia) nos deja escoger el camino.
Notas Bibliográficas
1 Freire define al mundo como una realidad objetiva, independiente del Ser y posible de ser conocida. Cabe aclarar que este concepto toma varios sentidos según la época histórica en que la concibe, por ejemplo, en Pedagogía del Oprimido lo define como el "lugar de encuentro de cada uno consigo mismo y con los demás", la relación es de tipo social y conciliatoria.
2 La unidimensionalidad del tiempo hace referencia a un "hoy" constante, un "exceso" del tiempo presente del sujeto, en el cual se ahoga y está preso, en donde no hay toma de conciencia del tiempo y del espacio, de su condición histórica, de sí mismo y de los otros. FREIRE, Paulo. La Educación como Práctica de la Libertad. p. 30.
3 "La esperanza es una necesidad ontológica", es el diseño, la conjetura de lo que se va a hacer en la realidad, conlleva un trabajo diario, constante, con objetivos que indican la dirección o direcciones para llegar a "algún" lugar... la utopía. FREIRE, Paulo, Pedagogía de la Esperanza. p. 8
4 Auto-objetivarse.- es no ser aquello de lo que se tiene conciencia; es "como salir de sí mismo" y observarse desde afuera.
5 FREIRE, Paulo. Op. Cit. pp. 29-30
Bibliografía
Freire Paulo. Pedagogía del Oprimido, México. Siglo XXL. 1970.
La educación como práctica de la libertad. México. Siglo XXI. 1980.
Pedagogía de la esperanza. México. Siglo XXI. 1985.

EN BUSCA DE RAICES

Actualmente existe un amplio movimiento de protesta y transformación social en gran parte del planeta. Tiene potencialidades constituyentes desmesuradas, pero aún no es completamente consciente de ello. Aunque su origen es antiguo, se ha manifestado sólo recientemente, apareciendo en varias ocasiones bajo los reflectores mediáticos y, sin embargo, trabajando día a día lejos de ellos. Está formado por multitudes y por singularidades, por retículas capilares en el territorio. Cabalga las más recientes innovaciones tecnológicas. Le quedan pequeñas las definiciones acuñadas por sus adversarios. Pronto será imparable y la represión nada podrá contra él.
Es lo que el poder económico llama «piratería».
Es el movimiento real que suprime el actual estado de las cosas.
Desde que —no hace más de tres siglos— se impuso la creencia en la propiedad intelectual, los movimientos underground y «alternativos» y las vanguardias más radicales la han criticado en nombre del «plagio» creativo, de la estética del cut-up y del sampling, de la filosofía do it yourself. De más moderno a más antiguo se va del hip-hop al punk al proto-surrealista Lautréamont («El plagio es necesario. El progreso lo implica. Toma la frase de un autor, se sirve de sus expresiones, cancela una idea falsa, la sustituye con la idea justa»). Actualmente esta vanguardia es de masas.
Durante decenas de milenios la civilización humana ha prescindido del copyright, del mismo modo que ha prescindido de otros falsos axiomas parecidos, como la «centralidad del mercado» o el «crecimiento ilimitado». Si hubiera existido la propiedad intelectual, la humanidad no habría conocido la epopeya de Gilgamesh, el Mahabharata y el Ramayana, la Ilíada y la Odisea, el Popol Vuh, la Biblia y el Corán, las leyendas del Graal y del ciclo artúrico, el Orlando Enamorado y el Orlando Furioso, Gargantúa y Pantagruel, todos ellos felices productos de un amplio proceso de conmixtión y combinación, reescritura y transformación, es decir, de «plagio», unido a una libre difusión y a exhibiciones en directo (sin la interferencia de los inspectores SIAE).
Hasta hace poco, las empalizadas de las enclosures culturales imponían una visión limitada, luego llegó Internet. Ahora la dinamita de los bits por segundo vuela esos recintos y podemos emprender aventuradas excursiones en selvas de signos y claros iluminados por la luna. Cada noche y cada día millones de personas, solas o en colectividad, rodean/violan/rechazan el copyright. Lo hacen apropiándose de las tecnologías digitales de compresión (MP3, Mpeg etc.), distribución (redes telemáticas) y reproducción de datos (masterizadores, escáner). Tecnologías que suprimen la distinción entre «original» y «copia». Usan redes telemáticas peer-to-peer (descentradas, «de igual a igual») para compartir los datos de sus propios discos duros. Rodean con astucia cualquier obstáculo técnico o legislativo. Sorprenden en contrapié a las multinacionales del entertainment erosionando sus (hasta ahora) excesivos beneficios. Como es natural, causan graves dificultades a los entes que administran los llamados «derechos de autor» (Bernardo Iovene demostró cómo los administran en su investigación para la transmisión Rai Report del 4 de octubre de 2001, cuyo texto está disponible en la dirección http://www.report.rai.it/2liv.asp?s=82.
No estamos hablando de la «piratería» gestionada por el crimen organizado, sección de capitalismo extralegal no menos desplazada y jadeante que la legal por la extensión de la «piratería» autogestionada y de masas. Hablo de una democratización general del acceso a las artes y a los productos del ingenio, proceso que salta las barreras geográficas y sociales. Digámoslo: barreras de clase (¿de veras tengo que desgranar algún dato sobre los precios de los CD?).
Este proceso está cambiando el aspecto de la industria cultural mundial, pero no se limita a ello. Los «piratas» debilitan al enemigo y amplían los márgenes de maniobra de las corrientes más políticas del movimiento: nos referimos a los que producen y difunden el «software libre» (programas «de fuente abierta» libremente modificables por los usuarios), a los que quieren extender a cada vez más sectores de la cultura las licencias «copyleft» (que permiten la reproducción y distribución de las obras a condición de que queden «abiertas»), a los que quieren hacer de «dominio público» fármacos indispensables para la salud, a quien rechaza la apropiación, el registro y la frankensteinización de especies vegetales y secuencias genéticas, etc.
El conflicto entre anti-copyright y copyright expresa en su forma más inmediata la contradicción de base del sistema capitalista: la que se da entre fuerzas productivas y relaciones de producción/propiedad. Al llegar a un cierto nivel, el desarrollo de las primeras pone inevitablemente en crisis a los segundos. Las mismas corporations que venden samplers, fotocopiadoras, escáneres y masterizadores controlan la industria global del entertainment, se descubre dañada por el uso de tales instrumentos. La serpiente se muerde la cola y luego azuza a los diputados para que legislen contra la autofagia.
La consiguiente reacción en cadena de paradojas y episodios grotescos nos permite comprender que ha terminado para siempre una fase de la cultura y que leyes más duras no bastarán para detener una dinámica social ya iniciada y arrolladora. Lo que se está modificando es la relación entre producción y consumo de la cultura, lo que alude a cuestiones aún más amplias: el régimen de propiedad de los productos del intelecto general, el estatuto jurídico y la representación política del «trabajo cognitivo», etc.
De todos modos, el movimiento real se orienta a superar toda la legislación sobre la propiedad intelectual y a reescribirla desde el principio. Ya se han puesto las piedras angulares sobre las que reedificar un verdadero «derecho de los autores», que realmente tenga en cuenta cómo funciona la creación, es decir por osmosis, conmixtión, contagio, «plagio». A menudo, legisladores y fuerzas del orden tropiezan con esas piedras y se hieren las rodillas.
El open source y el copyleft se extienden actualmente mucho más allá de la programación del software: las «licencias abiertas» están en todas partes y en tendencia pueden convertirse en el paradigma de un nuevo modo de producción que libere finalmente la cooperación social (ya existente y visiblemente desplegada) del control parasitario, la expropiación y la «renta» a favor de grandes potentados industriales y corporativos.
La potencia del copyleft deriva del ser una innovación jurídica desde abajo que supera la mera «piratería», acentuando la pars construens del movimiento real. En la práctica, las leyes vigentes sobre el copyright (uniformadas por la Convención de Berna de 1971, prácticamente el Pleistoceno) están siendo pervertidas respecto a su función original y, en vez de obstaculizarla, se convierten en garantía de la libre circulación. El colectivo Wu Ming —del que formo parte— contribuye a dicho movimiento insertando en sus libros la siguiente locución (sin duda mejorable): «Permitida la reproducción parcial o total de la obra y su difusión por vía telemática a uso personal de los lectores, a condición de que no sea con fines comerciales». Lo que significa que la difusión debe permanecer gratuita... so pena del pago de los derechos correspondientes.
Para quien quiera saber más, la revista New Scientist ha ofrecido recientemente un excelente cuadro de la situación en un largo artículo publicado a su vez bajo «licencia abierta».
Eliminar una idea falsa, sustituirla con la justa. La vanguardia es un saludable «retorno a lo antiguo»: estamos abandonando la «cultura de masas» de la era industrial (centralizada, estandarizada, unívoca, obsesionada por la atribución del autor, regulada por mil cavilos) para adentrarnos en una dimensión productiva que, a un nivel de desarrollo más alto, presenta no pocas afinidades con la de la cultura popular (excéntrica, deforme, horizontal, basada en el «plagio», regulada por el menor número de leyes posible).
Las leyes vigentes sobre el copyright (entre las que se cuenta la amañadísima ley italiana de diciembre de 2000) no tienen en cuenta el «copyleft»: en el momento de legislar, el Parlamento ignoraba por completo su existencia, como han podido confirmar los productores de software libre (equiparados sic et simpliciter a los «piratas») en diversos encuentros con diputados.
Como es obvio, dada la actual composición de las Cámaras italianas, no se puede esperar nada más que un diabólico perseverar en el error, la estulticia y la represión. Sus señorías no se dan cuenta de que, bajo la superficie de ese mar en el que ellos sólo ven piratas y barcos de guerra, el fondo se está abriendo. También en la izquierda, los que no quieren agudizar la vista y los oídos, y proponen soluciones fuera de tiempo, de «reformismo» pávido (disminuir el IVA del precio de los CD, etc.), podrían darse cuenta demasiado tarde del maremoto y ser arrollados por la ola.
Traducción: Albertina Rodríguez Martorell

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